¿Quién es Fran Susín?

Nacido en plena crisis de los 80, Fran Susín es un dietista que en busca de su sueño, ha tenido que hacer sus maletas varias veces para comenzar de cero en diferentes lugares como Alicante, Algeciras, Cádiz, Málaga, Sevilla, Huelva o  Córdoba. Y también fuera de España en Francia, Austria, Inglaterra, Italia y Laos. Además, tras conocer las costumbres culinarias de cada lugar, ha obtenido una gran riqueza en conocimientos sobre la nutrición que le hacen destacar.

Con 39 años y con nuevas inquietudes, se aventuró e inició un nuevo comienzo en Gran Canaria, donde reside a día de hoy.

Actualmente, trabaja de forma muy cercana con el centro de alto rendimiento de lucha Taz Jinámar especializado en MMA y reconocido a modo mundial donde además entrenan luchadores de la UFC y AFL.

🎓Diplomado en Magisterio de Educación física.

🎓Dietista Titulado en Madrid y colegiado en ASNADI num 751.

📖Especialista en nutrición para recomposición corporal.

📖Especialista en nutrición para mujer.

📖Experto en nutrición deportiva.

✏️Curso en prevención y recuperación de lesiones.

✏️Formador para la F.E.D.A. nutrición y entrenamiento para monitores de sala.

✏️Titulado por ORTHOS en nutrición y entrenamiento funcional.

✏️Titulado por la Real Federación Española de Gimnasia nutrición enfocada a mejora de composición corporal.

✏️Titulado por la F.E.D.A. en dieto terapia.

✏️Formación en métodos contribuyentes a la pérdida de grasa.

🩺Gran experiencia en problemas hormonales e hipotiroidismo.

📌Apodado «El mago » por los resultados que genera.

♻️ La formación y el reciclaje de conocimientos en su estilo de vida.

Lo que marcó el comienzo de mi camino en este mundo tan extenso de la nutrición y la salud fue la necesidad, cuando en torno a 1990 y con unos de 10 años, padecía de un gran problema de sobrepeso. Este periodo de tiempo que viví cuando apenas era un niño, nunca podré olvidarlo y me acompañará por el resto de mis días, recordándolo como una etapa en la que no me encontraba nada bien, ni física ni psicológicamente.

Con 15 años me sentía aburrido de escuchar las mismas palabras cada vez que mi madre me acompañaba en busca de la ayuda de un profesional, “niño/jovencito, muévete más y come menos”, sin importar si el consejo venía de un dietista, médico de cabecera o endocrino (todos decían lo mismo). Yo no entendía por qué seguía gordo si realmente realizaba sesiones interminables de deporte y pasaba verdaderamente hambre, ¿por qué en mi los consejos de esos profesionales no funcionaban?

Es aquí cuando comienza mi búsqueda sobre el por qué yo seguía gordo, estudiando todo tipo de publicación que pasaba por mis manos y realizando dietas a modo de ensayo y error, siempre con el apoyo y ánimo de mis padres.

Realizaba natación, atletismo, ciclismo y seguía con sobrepeso, sin entender que el cuerpo quería recuperar el exceso de energía consumida, incluso dejando de comer. Me sentía inmerso en un círculo vicioso que consumía mi voluntad y mis energías, cada vez más cansado física y psicológicamente.

Vivía con una sensación de frustración, me sentía derrotado por no alcanzar mis objetivos tras mis largas sesiones de entreno, además de tener una insatisfacción por la comida y miedo porque me llevara a una relación no sana con ella, en la que “ella” me controlara a mí y no yo a “ella”, una relación que, sin llegar a satisfacerme, aumentaba mi estrés, causando en mi un desorden completo en comilonas y ayunos sin control.

Siempre observaba a mis compañeros del colegio, instituto y universidad… si yo comía menos que ellos y hacía mucho más deporte, ¿por qué seguía con barriga? No buscaba un físico envidiable, solo quería algo sencillo.

ES FALSO QUE LOS GORDOS SEAN FELICES Y VAGOS, ESE ES UNO DE LOS LETREROS QUE NOS ACOMPAÑAN.

Pero un día, algo hizo “click” en mi mente, no recuerdo el momento exacto, pero sí sé que en ese instante me encontré a mí mismo y nuevas preguntas inundaron mi mente.

  • ¿Puede que el deporte no sea lo más importante en esta ecuación?
  • ¿Puede que no sea tan importante para un proceso de sobrepeso?
  • ¿Puede que no sea cuanto comes, si no el qué?
  • ¿Puede que no sea comer menos, si no mejor?
  • ¿Puede que lo más importante no sean las calorías consumidas, si no el impacto de las mismas en nuestro organismo?

Cuando tenemos sobrepeso vivimos en un círculo vicioso que hace más compleja la pérdida de peso y nos cansamos de escuchar que los obesos somos más felices.

Por eso, me armo de valor y os digo que las personas obsesas no somos ni más felices ni más vagos, si no que sentimos el alimento como recompensa y hace que su tratamiento sea más difícil. Además, somos víctimas de un desajuste físico-hormonal adquirido por el mismo sobrepeso que hace que nuestra batalla sea más dura. No es que tengamos menos fuerza de voluntad, si no que percibimos la comida de manera más intensa que los demás, es más, nuestras decisiones se encuentran gobernadas sin nuestra voluntad y estamos condenados a perdonarnos cada comilona. Basta ya de culpabilizar a las personas con este problema, no son culpables, sino que son víctimas de la sociedad y una mala alimentación (memorias de un ex obeso).

Recuerdo también una invitación de mi madre, escuchar y recordar su voz diciéndome, ¿Fran, quieres venirte al gimnasio?, fue otro de los momentos especiales en que mi mente nuevamente hizo “click” y comencé a estudiar, a analizar y a experimentar las sinergias entre entrenamientos de fuerza y alimentación.

Como consejo te diría que no te rindas, no abandones un camino hasta haber agotado todas las posibilidades. Hay que ser honesto consigo mismo, con tu trabajo y con el de los demás. Mirar atrás te ayudará a ver el punto de partida siendo consciente de quién eres y desde donde vienes, disfrutando el camino y hasta el mismo sufrimiento de cada paso porque la felicidad conseguida nace de la honestidad, la coherencia entre lo que quieres, sientes y haces.